Esta enfermedad, según el
Doctor Arriaza, director del Instituto médico deportivo del mismo nombre, permite a un futbolista jugar sólo con pequeños dolores. Sin embargo, estos dolores impiden al jugador utilizar el 100% de su capacidad. “Al futbolista se le nota un punto menos de velocidad en el regate y un punto menos de fuerza en un desplazamiento largo de balón”, afirma el Doctor Arriaza. Aunque permite jugar, tras un par de semanas el dolor puede agravarse bastante.
Esta dolencia, pese a que en origen se la llamó pubalgia de esgrimista, es
más común en futbolistas veteranos o muy desgastados, aunque también se dan casos de jóvenes deportistas con predisposición a padecerla. Los terrenos duros o muy blandos también afectan a la hora de que aparezca esta lesión.
La pubalgia tiene una
fase leve, que es una tendinitis, o inflamación de los tendones, en los músculos abductores. En esta fase, se genera una inestabilidad en el pubis, en la que el dolor, que aparece en los abductores, comienza a subir. En algunos casos el dolor comienza en el pubis, pero es raro. El caso más grave de pubalgia ocurre, según el Doctor Arriaza, cuando el dolor afecta a las abdominales, que provoca un dolor global. Se conoce como hernia del futbolista, aunque no es una hernia real, sino que el dolor se origina por una tendinitis en los abductores.
La mejor forma de mejorar esta lesión es utilizar la
fisioterapia y la osteopatía desde los inicios de la dolencia.