La
dieta macrobiótica tiene como fin la vida saludable y está basada en una serie de normas y consejos creados por George Ohsawa. Se basa en la medicina china y en el
budismo zen, en el que la salud es el equilibrio entre el yin y el yan. Según Ohsawa la macrobiótica no solo hace que las personas se encuentren más sanas sino que las convierte en mejores individuos a nivel social.
Estamos sanos cuando el yin y el yan se encuentran en equilibrio, este
equilibrio se logra con una alimentación adecuada y con equilibrio espiritual.
Los alimentos utilizados en la dieta macrobiótica son:
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Cereales integrales, 50% del total de alimentos diarios.
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Hortalizas y vegetales cocidos, 25 % del alimento diario.
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Sopa de miso o de salsa de soja, una o dos tazas al día.
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Legumbres, 15% del total de alimento diario.
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Proteínas animales, pescado blanco dos veces a la semana y carne de pollo o pavo de forma excepcional.
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Frutas secas o cocidas, fruta fresca en ocasiones.
• Bebida en abundancia, pero siempre después de las comidas. Se recomienda
agua tibia, té Bancha o té Kukicha y café de cereales.
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Huevos, uno cada diez días y sólo si son fertilizados.
En cambio se deben
evitar las carnes rojas, las grasas animales, los productos lácteos, los azúcares, los alimentos refinados, alimentos con conservantes o colorantes añadidos, alimentos cultivados con abonos químicos, condimentos fuertes, frutas tropicales y zumos, tomates, berenjenas y patatas.
Sin embargo, esta dieta se adapta a cada persona, así como a su entorno, edad y actividad. Básicamente la dieta macrobiótica es una
dieta vegetariana, basada en alimentos ecológicos, lo que repercute en un gran esfuerzo económico ya que estos alimentos y otros como la soja, las algas marinas o los vegetales duplican o triplican su precio respecto a otros productos.
La dieta macrobiótica se basa en la yanguizacion de la
alimentación mediante la preparación de los alimentos y su condimentación, como es el caso de la sal. El uso de miso, algas y otros alimentos japoneses, la división entre los alimentos yin (reino vegetal) y reino yang (reino animal) y la buena masticación de los alimentos. El consumo de proteínas de origen animal tan sólo se permite de manera ocasional y cocinadas según los principios de la macrobiótica, es decir, con sal marina, en recipiente de barro o acero inoxidable y removido con cucharas de madera.
Según Kushi la dieta macrobiótica nos ayuda a liberarnos de las enfermedades físicas y mentales, aprender a elegir los alimentos y a cocinarlos de una determinada manera hace que nuestro cuerpo y nuestra mente sanen y sintamos bienestar y por tanto seamos más felices.
Estaremos más
inspirados, más enérgicos, nos sentiremos menos agresivos y más
tolerantes con nuestro entorno.
Alguna de las famosas nacionales e internacionales que siguen esta dieta son Isabel Preysler, Vanesa Romero, Gwyneth Paltrow o Madonna.
Los padres de la macrobiótica
¿Quiénes son sus creadores?
George Ohsawa nació en Japon en 1893, fue el creador de la dieta y filosofía macrobiótica. Ohsawa se curó a si mismo de tuberculosis gracias a sus conocimientos sobre el yin yang originados en China y a las enseñanzas de Sagen Ishizuka. El mismo definió la salud como un conjunto de siete niveles: falta de cansancio o fatiga, buen apetito, buen descanso, buen humor, buena memoria, precisión de pensamiento y acción y gratitud. Ohsawa murió el 23 de abril de 1966.
Michio Kushi nació en 1926 en Japón, ha sido el encargado de introducir la macrobiótica moderna en Estados Unidos. Ha dado conferencias sobre filosofía, desarrollo espiritual, salud, comida y enfermedades alrededor de todo el mundo. Ha estudiado Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad de Tokyo y posteriormente en la Universidad de Columbia. Estudió con el creador de la macrobiótica George Ohsawa. Es el fundador del Kushi Institute y ha escrito más de 70 libros.
Puedes leer
una entrevista a Michio Kushi.