No todos los pacientes diagnosticados de
espondilolistesis ístmica tienen porque operarse, la decisión de operar se basa en los síntomas. Mientras que ninguna estructura neural esté en riesgo de perder su función (y para eso ya tienen que existir síntomas neurológicos francos) la cirugía es un arma con exclusiva repercusión sobre la calidad de vida. Por lo que si la calidad de vida no se ha visto prácticamente afectada, la
cirugía se puede retrasar.
La espondilolistesis ístmica origina dos tipos de síntomas en función de dos mecanismos diferentes. Por un lado está el
dolor local lumbar causado por la inestabilidad en la zona. La espondilolistesis se desarrolla como consecuencia de una fractura bilateral que separa el cuerpo vertebral de su arco posterior que deja sin "freno" al cuerpo vertebral, que se desplaza hacia delante respecto del cuerpo inferior, perdiendo los límites normales de movilidad en el segmento.
El
dolor local es un síntoma que depende del paciente, y que depende del grado de resistencia al dolor de cada uno, es el paciente quien debe decidir cuánto dolor es capaz de soportar. subjetivo y cada paciente lo vive y lo tolera de una forma diferente, así que la decisión de operar en razón del dolor lumbar, realmente la tiene que tomar el paciente, quien debe decidir cuánto dolor es capaz de soportar. Por supuesto que antes de esa decisión, el paciente debe seguir un programa de potenciación muscular dirigido por un especialista en actividad física y salud, ya que en muchas ocasiones, el extra de estabilidad proporcionado por la musculatura es suficiente para eliminar el
dolor.
Los
síntomas neurológicos (hormigueos, dolor ciático o debilidad) aparecen cuando las raíces nerviosas están comprimidas o a tensión. Es recomendable la cirugía en casos con grado mayor de II (especialmente niños y adoelescentes) en los que la ciática es tan intensa que obliga a caminar con las rodillas semiflexionadas. La decisión quirúrgica en estos casos puede ser más clara, aunque unos hormigueos tolerables tampoco son indicación directa de cirugía.
En caso de que la cirugía sea necesaria el tipo de operación aconsejable depende de la experiencia y preferencia del cirujano., ¿qué tipo de operación es aconsejable? Una forma muy clara de disminuir el índice de fracaso de la fusión ósea es la utilización de implantes intersomáticos (fusiones circunferenciales ó 360º). Hay bastante controversia respecto a la necesidad de reducir el desplazamiento. En listesis de pequeño grado no es imprescindible reducir para conseguir buenos resultados. Es más importante corregir la pérdida de altura discal que siempre asocia una pérdida de curvatura lumbar.
Sin embargo, en grandes desplazamientos es deseable mejorar el perfil reduciendo al menos un 50%. No es raro que después de una reducción importante del desplazamiento, el paciente presenta
ciática intensa durante semanas. Desaparece sola, pero es necesario mantener la neuromodulación y analgesia suficientes para la comodidad del enfermo.
Resumiendo, si desde el punto de vista del paciente la
calidad de vida no se encuentra afectada la intervención quirúrgica resulta innecesaria. En ocasiones las vértebras se sueldan por si solas antes de la aparición de síntomas graves. Por tanto, antes de recurrir a la cirugía está indicado contar con un buen entrenador personal.
Artículo en colaboración con
iEspalda.com