La mejor forma de prevenir las contracturas es practicar ejercicio moderado desde la infancia, para así mantener los músculos fuertes y tonificados, y acostumbrados a la realización de actividad física. Esta es la mejor forma de que la musculatura esté preparada en el momento del esfuerzo.
También se recomienda un calentamiento adecuado antes de realizar cualquier actividad física, además de un correcto enfriamiento de los músculos una vez finalizada la actividad.
Otra forma de prevenir las contracturas es la aplicación de calor acompañada de reposo. Con esto conseguimos que se alivie la tensión acumulada en el músculo y disminuya el espasmo, eliminando toxinas del interior de los músculos.
Los fisoterapeutas, por su parte, también recomiendan sesiones periódicas de ejercicios para prevenir así la formación de este tipo de lesiones.
Unosantafe nos propone una serie muy simple de ejercicios que podemos hacer en cualquier lugar y que nos ayudarán a prevenir lesiones.