El
hombro es la parte del cuerpo con mayor amplitud de movimiento, lo que aumenta las posibilidades de lesión.
El hombro está formado por tres huesos conectados a través de músculos, tendones y ligamentos. Estos tres huesos son la escápula, la cabeza del húmero y la clavícula originan dos articulaciones diferenciadas que son la
articulación acromio-clavicular (AC) y la
articulación escapulo-humeral. La articulación escapulo-humeral se amplía con el labrum glenoideo, que además de crear mayor superficie a la articulación proporciona mayor estabilidad.
Además otros cuatro músculos, conocidos como “
manguito de los rotadores” se insertan en la cabeza del humeral y proporcionan movilidad y consistencia a la articulación.
En la artroscopia se accede a la articulación por medio de una óptica que se conecta a una fuente de luz y a una cámara de alta resolución que transmiten las imágenes a una pantalla, gracias a esto la intervención se realiza a través de pequeña incisiones (5 mm).
En este caso realizamos la artroscopia de hombro con el paciente tumbado de lado y traccionando el brazo de forma controlada, accediendo a la articulación gleno-humeral (cabeza humeral y glenoides) y espacio subacromial (articulación acromio-clavicular).
Previamente a la artroscopia se debe realizar una valoración del hombro recogiendo datos sobre el paciente, información sobre el momento de la lesión, exploración física y pruebas diagnósticas.
Con la radiografía simple se pueden valorar fracturas irregularidades óseas, entre otras; mientras que con la resonancia magnética se pueden valorar las lesiones producida en los tejidos blandos.
Se suele utilizar la artroscopia en casos de:
•
Síndrome subacromial (disminución del espacio, chocando las estructuras)
•
Inflamación: bursitis, tendinitis, tendinitis calcificante, capsulitis retractil etc.
•
Luxación de la cabeza humeral (con rotura del labrum glenoideo)
•
Rotura de alguno de los tendones del manguito de los rotadoresPreparación de la Artroscopia de hombro
Previa a la artroscopia se necesita la preparación del paciente. El
estudio preoperatorio incluye una analítica de sangre con estudio de coagulación incluido, electrocardiograma y radiografía de tórax. Si la valoración del estudio es positiva el paciente debe mantenerse en ayuno (sin comer ni beber) por lo menos 8 horas, ducharse en casa y acudir al hospital donde se le va a realizar la intervención con todas las pruebas, consentimientos y autorizaciones administrativas.
Artroscopia de hombro
Se requiere
anestesia general, combinada en ocasiones con anestesia regional. Se realizan 2 o 3 pequeñas incisiones llamadas portales, por las que se introduce la óptica y los distintos instrumentos necesarios para la reparación de la lesión. Al observar la articulación en movimiento de forma directa se puede extraer, suturar y reparar excluvisamente la parte lesionada sin alterar el resto de estructuras.
Tras la artroscopia de hombro se coloca un apósito compresivo en el hombro cuya función es absorber el líquido que sale por las incisiones. Aproximadamente una semana después se debe acudir a la consulta para retirar los puntos que suturan las incisiones.
Durante las primeras semanas el hombro estará inmovilizado por un cabestrillo, posteriormente el tratamiento rehabilitador facilitará la recuperación de la movilidad hasta conseguir la completa movilización y cicatrización del hombro.
Algunas de las
recomendaciones postquirúrgicas más generales son:
• Brazo del lado intervenido en reposo, en cabestrillo (con mano a nivel del corazón, no caída hacia abajo).
• Movilizar los dedos de esa mano, para facilitar la circulación.
• Tomar los analgésicos prescritos según indicación médica.
Dr. E. Galindo Andujar