La Osteopatía es una técnica paramédica manual poco agresiva que consiste en visualizar el cuerpo como un “todo” de modo que cualquier alteración estructural de una parte del organismo afecta al resto de sistemas corporales.
Por ello la Osteopatía repara los daños a nivel estructural del cuerpo realizando técnicas orientadas a aliviar el dolor, restaurar las funciones y el bienestar del paciente.
Hay
tres tipos de disciplinas en la Osteopatía:
- Osteopatía articular: Se ocupa del aparato músculo-esquelético y postural. Corrige el movimiento y postura de articulaciones, músculos y estructura ósea del tronco y las extremidades.
- Osteopatía craneal: Se centra en el tratamiento de problemas relacionados con la estructura ósea del cráneo y la mandíbula.
- Osteopatía visceral: Trata los órganos y vísceras mejorando su función y arreglando secuelas postquirúrgicas.
Algunas de las
lesiones y dolencias que puede tratar la Osteopatía son:
Del aparato locomotor:
- Dolor articular y muscular
- Cervicales, latigazos.
- Hernias
- Artrosis
- Lesiones: esguinces, luxaciones
- Tendinitis
- Desequilibrios posturales
- Lumbalgia y dorsalgia…
Viscerales:
- Estreñimiento
- Hernia de Hiato
- Trastornos digestivos y problemas de digestión
- Tratamiento postquirúrgico etc.
Craneales:
- Vértigos y mareos
- Dolores de cabeza: Jaquecas y migrañas
- Síndromes postraumáticos
- Sinusitis
- Problemas mandibulares
- Alteraciones neurovegetativas
- Bruxismo etc.
Además la Osteopatía
puede mejorar el rendimiento de nuestra actividad física diaria ya que corrige nuestra posición optimizando el trabajo y movimiento de los músculos y ayuda a controlar la respiración, mejorando nuestra resistencia aeróbica.