La crioterapia es un tratamiento fisioterapéutico que consiste en la
aplicación de frío local en la zona lesionada para destruir localmente y de forma controlada el tejido, provocando la ruptura de la membrana celular con fines terapéuticos, con funciones antiinflamatorias y de reducción del dolor.
La crioterapia ejerce un efecto vasoconstrictor en nuestro organismo, descendiendo la temperatura local que puede ir acompañada de un aumento de glúcidos y grasas. Además si se mantiene durante mayor tiempo el estímulo de frío puede contraer nuestros grupos musculares.
La crioterapia tiene
efectos terapéuticos en nuestro organismo:
- Reducción del dolor: Para tratar contusiones, fracturas, esguinces, lesiones deportivas, desgarros musculares y hematomas.
- Antiinflamatorios: Actúa como relajante y reduce la inflamación, indicado para bursitis, artrosis y lesiones de origen traumático.
La forma correcta de aplicar frío local es utilizando una
bolsa reutilizable que, tras estar en el congelador, se aplican durante 10 ó 15 minutos en una zona concreta. Es importante que la bolsa no esté en contacto directo con la piel.
Otra forma sencilla de aplicar frío es sumergiendo la zona lesionada en agua fría e incluso hielo pero, en determinadas zonas, puede resultar engorroso.
Es importante no sobrepasar los tiempos de aplicación y de intervalo de repetición.
Siempre pregunta a tu médico o fisioterapeuta para que te oriente en una pauta personalizada para tu lesión.
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